segunda-feira, maio 23, 2011

Auguste ANGELLIER (1848-1911)





















Le faisan doré

Quand le Faisan doré courtise sa femelle,
Et fait, pour l'éblouir, la roue, il étincelle
De feux plus chatoyants qu'un oiseau de vitrail.
Dressant sa huppe d'or, hérissant son camail
Couleur d'aube et zébré de rayures d'ébène,
Gonflant suri plastron rouge ardent, il se promène,
Chaque aile soulevée, en hautaines allures ;
Son plumage s'emplit de lueurs, les marbrures
De son col vert bronzé, l'ourlet d'or de ses pennes,
L'incarnat de son dos, les splendeurs incertaines
De sa queue où des grains serrés de vermillon
Sont alternés avec des traits noirs sur un fond
De riche, somptueuse et lucide améthyste,
Tout s'allume, tout luit...

... Et, sur ces yeux muants de claires pierreries
S'unissant, se brisant en des joailleries
Que sertissent le bronze et l'acier, et l'argent,
Court encore un frisson d'or mobile et changeant,
Qui naît, s'étale, fuit, se rétrécit, tressaille,
Éclate, glisse, meurt, coule, ondule, s'écaille,
S'écarte en lacis d'or, en plaques d'or s'éploie,
Palpite, s'alanguit, se disperse, poudroie,
Et d'un insaisissable et féerique réseau
Enveloppe le corps enflammé de l'oiseau.

Sofía Castañón
























En un afán sin tregua por recuperar la inocencia verdadera, que no es nunca evasión infantil ni falta de realismo, la poesía de Sofía Castañón (Gijón, 1983) nace del desconcierto ante un mundo adulto que a la poeta le resulta incomprensible por sus continuas contradicciones y, en el fondo, por su carencia de ideales. La poesía se convierte así en el diario donde ella anota, como instantáneas fotográficas, estos desencuentros entre el yo, que aún confía honestamente en muchas promesas recibidas durante su infancia, y la realidad inmediata, que hace añicos, sin razón alguna, todas esas expectativas. Y esto ocurre tanto en el ámbito personal como en el complejo entramado de la sociedad presente. No obstante, si la poeta persiste en su escritura es porque nadie ha socavado totalmente sus expectativas fundamentales; de manera que su poesía, aun con mucho esfuerzo, sigue siendo una puerta abierta a la libertad creadora, tanto en el plano poético como en la realidad vital de cada hombre, en cuyas manos está reconstruir el mundo.

El asombro y el desconcierto de cada instante se encarnan en una expresión llena de presuposiciones, omisiones y de frases sincopadas, pues la percepción de tantas contradicciones en el mundo cotidiano apenas le da tiempo para ordenar los elementos o para reflexionar sosegadamente sobre ellos. Y, precisamente en la relativa ausencia de orden lógico y en las mismas omisiones, el lector revive, de modo natural, la complejidad de la existencia diaria.

Los tres poemas siguientes pertenecen a un próximo libro. Con anterioridad, Sofía Castañón ha publicado Animales interiores (2007), Últimas cartas a Kansas (2008) y Tiempu de render (2010), en asturiano, libros por los que ha obtenido diversos premios.
Sutura

Cómo se ha cerrado esta fisura.
Porque esto no es una pared,
un jarrón con agua congelada
o la grieta goteante de un silencio.

Cómo se han cerrado otras fisuras,
cuando los alveolos estallaban
y nos ahogábamos en aire.

Quiénes, dónde trabajan y cuánto
declaran al año de estas curas.
Nos han asaltado con sus batas blancas,
con un cinto blanco de sonrisa
y se han puesto a cerrarnos heridas
que antes no eran blancas.

Una mañana desperté con el pecho abierto
y antes del zumo ya había en él gladiolos
cerca del esternón. Una mañana el abismo
reposaba tranquilo en mi regazo.
Y a la siguiente, nada.

Fue como si descargaran un camión de plaquetas,
el cierre de una mina abierta en la que no moría nadie.

Sin denuncias, sin molestias, y aún así
esta presa para contener cerraditos los órganos.
Que no se te escape el oxígeno.
Que no albergues acantilados.
Que eso no se hace. Que el monopolio de las aperturas
lo tienen otros y saben respetar el horario.

Cómo se ha cerrado esta fisura.
Cuándo fue la inmersión, la desmemoria.

Yo tenía un campo abierto en el pecho
y ahora sólo líquido amniótico,
sosegada carencia.

Pero antes nos surcaban zanjas.
Nevaba y en las manos nos crecían granadas blancas.
Las hundíamos en los demás cuerpos.

Nos cerraron
nuestra luz insoportable.


The battle of evenmore

Levántate, y levanta el mundo
que de noche no existe —qué haces
cuando no sueñas construcciones—
levántate.
No digas ayer, no digas alcohol.
Todos reíais anoche
con la vida en la glotis.
Pon muy alta la música, que duela
lo justo el haber sido una irresponsable.
Que duela el haber sido
y hoy
sólo estar.
Levántate. No basta.


Comunidad de expertos

No debería ser importante
conocer el nombre del árbol.
No para ti, para mí, o para
este poema.
El árbol debería estar y estar siempre
convenciéndonos con sus hojas
frente al aire, permanecer
porque este tronco mira hacia arriba.
No debería ser importante
que en mi casa lo llamemos texu
ni que a su alrededor crezca fértil
la leyenda, o la memoria.
No debería decir en estas líneas
el nombre del árbol, ni siquiera
que junto a él huele espesa
la flor de la mimosa.

Poderosamente llega febrero
y la tierra aún no ha tenido que guardarte.
La fortuna de tu cuerpo sigue aquí arriba
y este árbol de momento no tiene
ningún nombre.

Jaime García-Máiquez




Entre los méritos de la poesía de Jaime García-Máiquez (Murcia, 1973), tal vez el mayor (y el que los engloba a todos) sea su capacidad para suscitar en el lector una emocionada identificación con su yo-poético, siempre complejo y singular, utilizando, sin embargo, un vocabulario y una dicción de deslumbrante sencillez: algo que ha heredado —no sabemos si directa o indirectamente— del gran maestro Antonio Machado. Pero esa sencillez, manifiesta en un estilo a menudo conversacional, que procura romper todas las barreras entre poeta y lector, no desemboca en un decir chato y utilitario, sino en todo lo contrario: en una sensación de que estamos conviviendo con un auténtico personaje de carne y hueso, con sus virtudes y manías, con sus esperanzas y sus miedos. De modo que tal sencillez es el producto de un laborioso trabajo con la lengua ordinaria, para extraerle una significación realmente extraordinaria en su honda personalidad, sin que por ello advirtamos todos los hilos de su artificio.

Su poética es la sinceridad, virtud que destaca desde el primer acercamiento a un poema suyo. Una sinceridad íntima que el poeta comparte con nosotros sin caer nunca en el impudor ni en la verborrea; antes bien, sumergiéndonos en un mundo mucho más rico que el de costumbre para elevarnos hasta el punto de mira más alto. Jaime García-Máiquez es un poeta del tiempo, como el maestro don Antonio (aunque de temperamento muy distinto): un poeta que sólo puede entender cualquier acontecimiento de su existencia enmarcándola en el transcurso de su tiempo interior. Y el tiempo de García-Máiquez, sin embargo, no es elegía por ninguna pérdida, sino sabiduría acumulada que ha ido forjando su entendimiento, su deseo y todo su modo de sentir, que también cambia con el tiempo. Lo que no cambia es su mirada esperanzada hacia un futuro, hacia una luz mayor que siempre está por llegar.

Pero no crea el lector que va a encontrarse con una sucesión de experiencias vitales puntualmente narradas, pues, si bien su vida cotidiana empapa visiblemente toda su poesía, los hechos esenciales de aquélla suelen cristalizar en imágenes simbólicas de significación trascendente, por las que su diario vivir, a la vez que construye una vida muy normal, nos deja entrever por sus rendijas los rayos de un Misterio que todo lo llena.

Hasta el momento ha publicado los poemarios: Vivir al día (2000), con el que ganó el Premio Luis Cernuda de 1999, y Otro cantar (2007), que obtuvo el Premio Arcipreste de Hita de ese año; además de un libro de su heterónimo Fernando López de Artieta, Jugar en serio (2004), acreedor del Premio Arte Joven de la Comunidad de Madrid.
La belleza es sagrario

Bajo una encina enorme en lo alto de Abantos,
rogué por ver el rostro de Dios, sólo
un instante de luz,
misterio, miedo y fuego, como un rayo.

Más allá del paisaje no vi nada
como podéis imaginaros todos,
pero de pronto un pájaro
se posó entre las ramas y cantó sobre el árbol.


La canción de las lluvias

A. Necati Cumali


La lluvia de enero
sirvió como abono,
y la de febrero
cimentó los lodos.

La lluvia de marzo
se enraizó más hondo.
La de abril produjo
frutos luminosos.

La de mayo vino
como agua de agosto…
La lluvia de junio
se lo llevó todo.


Pan duro

La madre de mi madre se tomaba
el pan del día anterior o el de hacía dos días
para desayunar, con su café manchado.
Era como un gorrión. Emocionaba ver
a aquella señorita de Alicante
con más de ochenta años de ternura
nutrirse despacito igual que un pobre
cartujo, allí sentada en su butaca.
Mi madre sonreía al verme sorprendido
contemplando a su madre, en una casa
cuya despensa inmensa
se parecía a un bodegón de Snyders.
Y alguna vez, para explicarme aquello,
me dijo llanamente: es por la guerra;
no te preocupes, Jaime, es por la guerra.
Dos décadas después, y a casi un siglo
de la Guerra Civil, ahora soy yo
el que coge el pan duro
y lo besa despacio
y se lo come haciéndolo migajas
con un café con leche.
Mi mujer no da crédito, y se queda
alucinada cuando le contesto
completamente en serio que no le dé importancia,
que lo hago por la Guerra.

terça-feira, maio 17, 2011

segunda-feira, maio 16, 2011

Sebastião Alda/Moçambique

NINGUÉM MEU AMOR

Ninguém meu amor

ninguém como nós conhece o sol
Podem utilizá-lo nos espelhos
apagar com ele
os barcos de papel dos nossos
lagos
podem obrigá-lo a parar
à entrada das casas mais baixas
podem ainda fazer
com que a noite gravite
hoje do mesmo lado

Mas ninguém meu amor
ninguém como nós conhece o sol
Até que o sol degole
o horizonte em que um a um
nos deitam
vendando-nos os olhos

Sebastião Alda/Moçambique

Jorge Macedo/Angola



























A CIDADE À NOITE

A festa dos reclamos luminosos
é minha.
Não gosto de coisas reais.
Todas as ilusões
me pertencem.
Sou milionário universal
da fantasia.
Gosto de passar pelas montras
e sonhar...

Sonhar sonhando,
sem cobiça,
sem pólvora, sem sangue,
sem ódio,
sem ferir o mundo.

Manuel António Pina, in "Atropelamento e Fuga"

Não o SonhoTalvez sejas a breve
recordação de um sonho
de que alguém (talvez tu) acordou
(não o sonho, mas a recordação dele),
um sonho parado de que restam
apenas imagens desfeitas, pressentimentos.
Também eu não me lembro,
também eu estou preso nos meus sentidos
sem poder sair. Se pudesses ouvir,
aqui dentro, o barulho que fazem os meus sentidos,
animais acossados e perdidos
tacteando! Os meus sentidos expulsaram-me de mim,
desamarraram-me de mim e agora
só me lembro pelo lado de fora.

OBS
Em menos de meia hora o júri chegou a uma decisão consensual: Manuel António Pina é o vencedor do Prémio Camões 2011. Apesar de tão óbvia, a decisão apanhou o escritor desprevenido. "Foi a coisa mais inesperada que eu poderia esperar. Nem sabia que o júri estava reunido, nem que o prémio ia ser atribuído hoje. Portanto, fiquei absolutamente surpreendido", disse ontem à Lusa. O júri distinguiu a obra de Pina pela sua "inventividade e a originalidade". "Sinto-me um bocado embaraçado, atendendo à qualidade das pessoas, ao Panteão a quem já foi atribuído anteriormente o prémio", disse o escritor.

Com 67 anos, o jornalista do Sabugal, licenciado em direito, dividiu-se por várias áreas da literatura. O homem dos quatro ofícios: poesia, teatro, literatura infantil e ficção.

Em 1973 editava o seu primeiro livro: "O País das Pessoas de Pernas para o Ar". Como o título indica trata-se de um livro infantil que explora um lado mais surreal e humorístico, como no conto do menino Jesus não queria ser Deus. A sua obra infantil rompeu com a tradição e já faz parte dela, ao ser incluído no Plano Nacional da Leitura. Em 1974, Manuel António Pinta lançava-se na poesia com "Ainda Não É o Fim nem o Princípio do Mundo Calma É Apenas Um Pouco Tarde". "Acaba por ser também um prémio dado à poesia, que faz todo o sentido, porque continuamos a ser um país de grandíssimos valores nessa área e com um reconhecimento que é sempre justo e positivo", afirmou José Luís Peixoto à Lusa. Mário Cláudio concorda e defende que premiar a poesia é importante, pois tem estado mais esquecida.

Manuel António Pina ainda escreveu para teatro, sendo "História do sábio fechado na sua biblioteca", a sua última peça. O nome do escritor está associado à história do jornalismo. "Inovou muito no jornalismo português. Deu alma às notícias, com uma abordagem mais poética, mais livre", defendeu o historiador Germano Silva.