sábado, setembro 26, 2009

LEILA MÍCCOLIS







Eu te dou os melhores anos de minha vida

Coso a alca de um vestido descosido,
enquanto pregas um prego
numa madeira bichada,
dou chiclete a nosso filho
para parar de gritar,
te mostro a casa cheirando
a pinho e desodorante,
me sorris agradecendo.
E' certo que nao quero recompensa.
Mas te beijo tua boca vomitada
que tem gosto de fome
e de torrada.
*

Exigência

Meu homem eu quero,
enquanto puder,
molhado e úmido
feito mulher.
*

Poema para o namorado
Teu lado feminino me erotiza:
são belos, sensuais e muito caros
certos instantes gostosos, em que te encaro
menos como homem e mais como menina:
quando passas teus cremes para a pele,
ou pões o avental pra cozinhar,
ou quando em mim te esfregas
até gozar os teus gozos sem fim,
ou quando tuas mãos, leves e lésbicas,
desabam como plumas sobre mim.
*

Voyeurismo
Te......olho
me molho
*

Poema ao mais recente amor

Estar entre teus pelos e dedos,
entre tua densidade,
neste transpirar sob medida
aos teus gemidos.
Estar entre teus trópicos,
entre o teu desejo e o meu prazer;
beber parte de teus líquens e teus rios
percorrendo-te da foz até a origem,
e pura a cada amor partir mais virgem.
http://blocosonline.com.br/sites_pessoais/sites/lm/index.htm

JANDIRA ZANCHI




JANDIRA ZANCHI

Poeta, ficcionista e educadora. Curitibana, licenciou-se em Matemática em 1979 pela Universidade Federal do Paraná. Tem cursos de pós-graduação em astronomia e educação e é profissional de magistério, com experiência em ensino superior, médio e preparatório. Entre as muitas faculdades e colégios em que trabalhou, inclui-se a Universidade Agostinho Neto, em Luanda – Angola, no período de 1985 a 1987, como professora cooperante. É autora de alguns livros de poesia e literatura ainda inéditos.

Outros textos da autora em: http://jandirazanchigueixa.blogspot.com/
http://jandirazanchivapornoite.blogspot.com/
http://jandirazanchibensaio.blogspot.com/
LÍNGUA CIFRADA

Língua cifrada
de Arcanjos
NEGROS
Lençóis de agulhas ao vento
lilases as metáforas da sina
em frente e por sobre
a fralda do Tempo
(Anjo Arcanjo
de mim)

na casa do pai
em nome do Santo
Amém
teu verbo é ósculo
de pranto e pompa
arena de sereno
quase estupidez

que flor de vida
nas cores do jardim

terça-feira, setembro 22, 2009

PEDRO LEMEBEL


Tengo miedo torero
Pedro Lemebel
Al entrar, escuchó la aguja del pic-up chirriando sorda al final del disco, y más allá, tirado como un largo riel sobre los almohadones, Carlos roncaba profundamente por los fuertes ventoleros de su boca abierta. Una de sus piernas se estiraba en el arqueo leve del reposo y la otra, colgando del diván, ofrecía el epicentro abultado de su paquetón tenso por el brillo del cierre eclair, a medio abrir, a medio descorrer en ese ojal ribeteado por los dientes de bronce del marrueco, donde se podía ver la pretina elástica de un calzoncillo coronado por los rizos negros de la pendejada varonil. Sólo un pequeño fragmento de estómago latía apretado por la hebilla del cinturón, una mínima isla de piel sombreada por el matorral del pubis en el mar cobalto del drapeado blujin. Tuvo que sentarse ahogada por el éxtasis de la escena, tuvo que tomar aire para no sucumbir al vacío del desmayo frente a esa estética erotisada por la embriaguez. Allí estaba, desprotegido, pavorosamente expuesto en su dulce letargo infantil, ese cuerpo amado, esa carne inalcanzable tantas veces esfumándose en la vigilia de su arrebato amoroso. Ahí lo tenía, al alcance de la mano para su entera contemplación, para recorrerle centímetro a centímetro con sus ojos de vieja oruga reptando sedosa por el nervio aceituno del cuello plegado como una cinta. Ahí se le entregaba borracho como una puta de puerto para que las yemas legañosas de su mirar lo acariciaran a la distancia, en ese tacto de ojos, en ese aliento de ojos vaporizando el beso intangible en sus tetillas quiltras, violáceas, húmedas, bajo la transparencia camisera del algodón. Ahí, a sólo un metro, podía verlo abierto de piernas, macizo en la estilizada corcova de la ingle arrojándole su muñón veinteañero, ofreciéndole ese saurio enguantado por la mezclilla áspera que enfundaba sus muslos. Parece un dios indio, arrullado, por las palmas de la selva, pensó. Un guerrero soñador que se da descanso en el combate, una tentación inevitable para una loca sedienta de sexo tierno como ella, hipnotizada, enloquecida por esa atmósfera rancia de pecado y pasión. No lo pensaba, ni lo sentía cuando su manogaviota alisó el aire que la separaba de ese manjar, su mano mariposa que la dejó flotar ingrávida sobre el estrecho territorio de las caderas, sus dedos avispas posándose levísimos en el carro metálico del cierre eclair para bajarlo, para descorrerlo sin ruido con la suavidad de quien deshilacha una tela sin despertar al arácnido. No lo pensaba, ni siquiera cabía el nerviosismo en ese oficio de relojero, aflojando con el roce de un pétalo la envoltura apretada de ese lagarto somnotiento. Ni lo pensaba, dejándose arrastrar abismo abajo, marrueco abajo hasta liberar de ataduras ese tronco blando que moldeaba su anatomía de perno carnal bajo la alba mortaja del calzoncillo. Y ahí estaba por fin, a sólo unos centímetros de su nariz ese bebé en pañales rezumando a detergente. Ese músculo tan deseado de Carlos durmiendo tan inocente, estremecido a ratos por el amasijo delicado de su miembro yerto. En su cabeza de loca dudosa no cabía la culpa, este era un oficio de amor que alivianaba a esa momia de sus vendas. Con infinita dulzura deslizó la mano entre el estómago y el elástico del slip, hasta tomar como una porcelana el cuerpo tibio de ese nene en reposo. Apenas lo acunó en su palma y lo extrajo a la luz tenue de la pieza, se desenrolló en toda su extensión la crecida guagua-boa, que al salir de la bolsa, se soltó como un látigo. Tal longitud, excedía con creces lo imaginado y a pesar de lo lánguido, el guarapo exhibía la robustez de un trofeo de guerra, un grueso dedo sin uña que pedía a gritos una boca que anillara su amoratado glande. Y la loca así lo hizo, secándose la placa de dientes, se mojó los labios con saliva para resbalar sin trabas ese péndulo que campaneó en sus encías huecas. En la concavidad húmeda lo sintió chapotear, moverse, despertar, corcoveando agradecido de ese franeleo lingual. Es un trabajo de amor, reflexionaba al escuchar la respiración agitada de Carlos en la inconciencia etítica. No podría ser otra cosa, pensó, al sentir en el paladar el pálpito de ese animalito huacho recobrando la vida. Con la finura de una geisha, lo empuñó extrayéndolo de su boca, lo miró erguirse frente a su cara, y con la lengua afilada en una flecha, dibujó con un cosquilleo baboso el aro mora de la calva reluciente. Es un arte de amor, se repetía incansable, oliendo los vapores de macho etrusco que exhalaba ese hongo lunar. Las mujeres no saben de esto, supuso, ellas lo chupan, en cambio las locas elaboran un bordado cantante en la sinfonía de su mamar. Las mujeres succionan nada más, en tanto la boca loca primero aureola de vaho el ajuar del gesto. La boca loca degusta, y luego trina su catadura lírica por el micrófono carnal que expande su radiofónica libación. Es como cantar concluyó, interpretarle a Carlos un himno de amor directo al corazón. Pero él nunca lo sabrá, le confidenció con tristeza al muñeco erecto que apretaba en su mano, mirándola tiernamente con su ojo de cíclope tuerto. Carlos tan borracho y dormido, nunca se va a enterar de su mejor regalo de cumpleaños, le dijo al títere moreno besando con terciopela suavidad el pequeño agujero de su boquita japonesa. Y en respuesta el mono solidario, le brindó una gran lágrima de vidrio para lubricar el canto reseco de su incomprendida soledad. "ANSIEDAD DE TENERTE EN MIS BRAZOS MUSITANDO PALABRAS DE AMOR ANSIEDAD DE TENER TUS ENCANTOS Y EN LA BOCA VOLVERTE A BESAR".

PEDRO LEMEBEL


.....








MANIFIESTO
( hablo por mi diferencia )





No soy Passolini pidiendo explicaciones
No soy Ginsberg expulsado de Cuba
No soy un marica disfrazado de poeta
No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
Y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro
Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
Y viene la democracia
Y detrasito el socialismo
¿Y entonces?
¿Qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte
Como el barco del General Ibañez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra
A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos
no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿Y usted?
¿Qué hará con ese recuerdo de niños
Pajeandonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina
desequilibrando el futuro de su hombre nuevo?
¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
Que tiene la sangre fría
Y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
Y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
Y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
Y no hablo de meterlo y sacarlo
Y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones
Usted no sabe
Qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice :
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo
Super-buena onda
Yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
Y que al primer parrilazo de la CNI
lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseño la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
Y se rieron de mi voz amariconada
Gritando: Y va a caer, y va a caer
Y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
Y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada
Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo
Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
Yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero
Y esa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
Que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
Yo no voy a cambiar por el marxismo
Que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subersvo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva York los maricas se besan en la calle
Pero esa parte se la dejo a usted
Que tanto le interesa
Que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para las generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
Con una alita rota
Y yo quiero que vuelen compañero
Que su revolución
les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.


Este texto fue leído como intervención en un acto político de la izquierda en Septiembre de 1986, en Santiago de Chile.

letras.s5.com ; proyecto patrimonio ; Manifiesto PedroLemebel
mail : oso301@hotmail.com

PEDRO LEMEBEL

PEDRO LEMEBEL




http://www.letras.s5.com/lemeb1608.jpg
Pedro Lemebel
.......... Nace en Santiago a mediados de la década del ´50..Pedro Lemebel es escritor, artista visual y cronista, y cada fase (o actuación) de su identidad creadora (o performativa) está trazada sobre el paisaje de la cultura chilena de la resistencia desde una distinta transformación vital suya. Como Pedro Mardones (su nombre paterno) había obtenido el primer premio del Concurso nacional de cuento Javier Carrera en 1982, y su primer libro de relatos, Los incontables, es de 1986. En una entrevista, ha reconstruído esa primera transformación: "El Lemebel es un gesto de alianza con lo femenino, inscribir un apellido materno, reconocer a mi madre huacha desde la ilegalidad homosexual y travesti (1997).
.......... La transitoriedad del género como protocolo discursivo subrayará, como un flujo de investigación poética, la otra escena, la del género como sexualidad transgenérica, fluída y antiprotocolar. En efecto, en los años 80, cuando la literatura había sido marginalizada por los aparatos de la dictadura (un período que según Carmen Berenguer hace volver a la palabra oral, al recital, a los nuevos recintos de una comunicación posible), Pedro Lemebel y Francisco Casas fundan el colectivo de arte "Yeguas del Apocalipsis" (1987). En una actividad que fue a la vez paródica y sediciosa, estos escritores convertidos en actores de su propio texto, en agentes de una textualidad en devenir (ni dada ni por hacerse, pura transición burlesca), desencadenaron desde los márgenes (desde la homosexualidad pero también desde el bochorno irreverente) una interrupción de los discursos institucionales, un breve escándalo público en el umbral de la política y las artes de lo nuevo. Su trabajo cruzó la performance, el travestismo, la fotografía, el video y la instalación; pero también los reclamos de la memoria, los derechos humanos y la sexualidad, asi como la demanda de un lugar en el diálogo por la democracia. "Quizás esa primera experimentación con la plástica, la acción de arte...fue decisiva en la mudanza del cuento a la crónica. Es posible que esa exposición corporal en un marco político fuera evaporando la receta genérica del cuento...el intemporal cuento se hizo urgencia crónica...," recuenta Lemebel. Entre 1987 y 1995, "Yeguas del Apocalipsis" realizaron por lo menos quince eventos públicos. Ese último año, Lemebel publica su primer libro de crónicas, La esquina es mi corazón.
.......... Esta nueva transformación del artista/escritor no será, sin embargo, un mero proceso de alguien en busca de su mejor expresión o su voz más personal. Esa mitología lírica no se aviene con el caso de una figura hecha en cada instancia de su actuación tanto por su medio como por su público. Lemebel ha radicalizado la "metamorfosis" del artista romántico en el "travestismo" de identidades del artista postmoderno. Por lo mismo, no nos extraña ya que el deslumbrante barroquismo del hombre de la esquina roja (el paseante de paseo escandilazado) se transfigure, en su siguiente libro, Loco afán, Crónicas del Sidario (1996), en un relato ensayístico crítico y festivo, entre la anotación de filósofo volteriano (Pedro por su casa) y el humor carnavalesco que no deja piedra sobre piedra (Pedro desfundante). En ese proceso performativo de la escritura intersticial (hecha entre géneros, entre medios, entre públicos) las crónicas más recientes de Lemebel están dictadas por el tiempo y la voz suscintas de la radio (tiene a su cargo el programa de crónicas "Cancionero" en Radio Tierra).
.......... Lo más patente es el caracter postmoderno del quehacer (o quedeshacer) de Pedro Lemebel, empezando por su radical cuestionamiento de la sociedad neoliberal, donde se reproduce una ideología represiva; y siguiendo con su práctica desbasadora de los dualismos estructurantes de la normalidad excluyente. Pero lo más original de su trabajo está en la vehemencia de su ejercicio de la diferencia. Esto es, en su formidable capacidad y talento para generar la hibridez. Quizá el travestismo que baraja identidades operativas, el carnaval que canjea escenarios equivalentes, los géneros que se ceden la palabra gozosa, la performance que es una ocupación de espacios monológicos y la sexualidad espectacular que no se ahorra ninguno de sus nombres, se configuran en esa hibridez, que es el eje de la escritura misma. Un escritura de registro tan metafórico como literal, tan hiperbólico como social, y cuya fusión (o fruición) es de una aguda poética emotiva. Guadalupe Santa Cruz ha dicho que Lemebel escribe con "la espléndida tinta de la mala leche." Escribe con desamparada ternura; o sea, con minuciosa ferocidad.
.......... Lo notorio de esta escritura es el barroquismo. O su variante lúdica, que Severo Sarduy llamaba, con autoironía, lo pompeyano. Porque se trata aquí no de un barroco de la proliferación de lo inmanente, donde el objeto es generador de la abundancia; sino de una gestualidad barroquizante, cuya traza viene y va de la oralidad. El barroco es, por ello, la forma elocuente del coloquio, como si la realidad sólo pudiese ser comunicada en su reelaboración, ligeramente absurda o cómica, vista con la distancia irónica que merecen los espectáculos de íntima discordia. Aunque Lemebel ha dicho que detesta a los profesores de filosofía ("Me cargaba su postura doctrinaria sobre el saber, sobre los rotos, los indios, los pobres, las locas"), la conversación a que nos concita no está exenta del filosofar de la época, hecho desde las afueras, en los límites institucionales; en ese "borde con encaje," que reconoce como la cornisa de su arte.
.......... Foucault anota en su Historia de la sexualidad que un interlocutor le protesta a Sócrates traer a la conversación ejemplos extremos. Aún más extremado, Lemebel podría haberle provisto a Foucault de mejores ejemplos sobre la indiferenciación genérica, que ya entretuvo a Lezama Lima en su Paradiso a propósito de la androginia original platónica. Ejemplos que, en el barroquismo reflexivo y el sincretismo oral del chileno, desafían a la taxonomía sexual; ya que en estas crónicas des-urbanizadoras se nos habla de locas, colizas, maricas, maricones, homosexuales, transgenéricos, travestis, pero todos ellos/ellas son equivalentes en la nomenclatura "gay," la que rehúsa la normatividad modernamente impuesta como diferenciación sexual.
.......... Pero lejos de cualquier complacencia en la generalización de las diferencias (que las convierte en mera acusación, por ejemplo, en las por otra parte estremecedoras memorias póstumas de Reinaldo Arenas), Lemebel desarrolla en su barroquismo de sobretono popular una certera resistencia al rigor taxonómico, que así como cartografía el espacio de la sexualidad, busca imponer un lenguaje de la contabilidad. En la crónica chilena del fin de siglo, este filósofo natural nos dice que las estadísticas son otro lenguaje de la burguesía modélica, del capitalismo como programa único y del triunfalismo economicista. Ese discurso es una ocupación y un vaciado del futuro; o sea, una negación de los más jóvenes, de los muchachos pobres que recorren la esquina: "Herencia neoliberal o futuro despegue capitalista en la economía de esta "demosgracia." Un futuro inalcanzable para estos chicos...Por cierto irrecuperables, por cierto hacinados en el lumperío crepuscular del modernismo... Oscurecidos para violar, robar, colgar si ya no se tiene nada que perder y cualquier día lo encontrarán con el costillar al aire... Nublado futuro para estos chicos expuestos al crimen, como desecho sudamericano que no alcanzó a tener un pasar digno. Irremediablemente perdidos en el itinerario apocalíptico..."("La esquina es mi corazón").
.......... Por eso, en "Censo y conquista" Lemebel propone una subversión popular no contra el poder establecido sino contra su funcionalismo mecánico, el censo. Escribe: "Hay que ponerse la peor ropa, conseguir tres guaguas lloronas y envolverse en un abanico de moscas como rompefilas, para evitar los trámites del sufragio."
.......... Como siempre, el fluir cotidiano se le torna hipérbole, espectáculo, apocalipsis, en un proceso de inducciones (lógica socrática y sobremesa metódica): "De esta manera, las minorías hacen visible su tráfica existencia, burlando la enumeración piadosa de las faltas. Los listados de necesidades que el empadronamiento despliega a lo largo de Chile, como serpiente computacional que deglute los índices económicos de la población, para procesarlos de acuerdo a los enjuagues políticos... Una radiografía del intestino flaco chileno expuesta a su mejor perfil neoliberal, como ortopedia de desarrollo. Un boceto social que no se traduce en sus hilados más finos, que traza rasante las líneas gruesas del cálculo sobre los bajos fondos que las sustentan, de las imbricaciones clandestinas que van alterando el proyecto determinante de la democracia."
.......... La crítica, por lo tanto, se sostiene en la puesta en duda que reinicia una práctica popular de resistencias. La matemática de la marginalidad, nos dice el cronista, no sirve a la pobreza, sino todo lo contrario. Y de esa premisa, como si leyera en el texto natural de su tiempo permanentemente travestido, concluye con una pragmática latinoamericanista, de remoto origen nietzcheano y cierta entonación deleuziana: "Acaso herencia prehispánica que aflora en los bordes excedentes, como estrategias de contención frente al recolonizaje por la ficha. Acaso micropolíticas de sobrevivencia que trabajan con el subtexto de sus vidas, escamoteando los mecanismos del control ciudadano. Un desdoblaje que le sonríe a la cámara del censo y lo despide en la puerta de tablas con la parodia educada de la mueca, con un hasta luego de traición que se multiplica en ceros a la izquierda, como prelenguaje tribal que clausura hermético el sello de la inobediencia."
.......... En verdad, si el mundo incaico fue burocrático y decimal, el mapuche no fue ni federal ni frentista, para evitar que el estado le exigiera reciclarse y no demorar más la modernidad; por añadidura, y aunque nuestros países están llenos de conservadores que no tienen nada que conservar, el mercado como espacio de libertad se torna irrisorio para quienes no tienen nada que vender o comprar. Y, en fin, las estadísticas demuestran con sus promedios que en el papel siempre somos menos pobres de lo que en realidad somos. De cualquier modo, quizás los pueblos marginales (los flujos de migrantes, de excluídos, de jóvenes expulsados del sistema) sean ya indocumentables, apenas un cálculo proyectivo entre los que nacen y los que mueren, esa contabilidad del mapa neoliberal.
.......... Así, como si fuera ya tarde para las taxonomías y los censos, Lemebel acude al barroquismo en un gesto característicamente latinoamericano: la cultura de la resistencia responde no con la economía de la nominación puritana sino con el exceso de la renominación metafórica; no con la simetría apolínea de la forma armónica, sino con la hibridez informalista y el "salto por el ojo de la aguja" (propuesto por Vallejo, retomado por Lemebel). Responde también con el sobredecorado, el rizado, la voluta. Pero no solamente resiste y responde, también reapropia con apetito y crea con hambre. Como el último "filósofo autodidacta" (que en la carencia humana aprende a leer la escritura de su tiempo, asi como el viejo filósofo aprendía a leer en la naturaleza la escritura divina), Pedro Lemebel nos enseña a reconocer también la fuerza de esas reapropiaciones y de esas hambres. Desde ellas, piensa el presente como un proceso irresuelto, hecho en las restas de la violencia pero así mismo en las sumas de la pasión.
.......... Todavía en su última transformación, Pedro Lemebel se nos aparece convertido ahora en cronista anti-criollista (porque el criollismo latinoamericano es una apoteosis del lugar común, una representación complaciente y acrítica, que en Chile y en Perú lo asume ahora el entretenimiento televisivo). Y ha sido aún más explícito al descartar los teletones populacheros entregados a preparar el hot-dog o la empanada más grandes del mundo con el propósito deportivo de ingresar al disparate de los récords, el Guinness. Con el mismo espíritu crítico con que refuta el censo, rebate ahora la competencia nacionalista del super-sandwich como metáfora de un Chile del primer mundo. Como Carlos Monsiváis, que en los tiempos del gobierno de Carlos Salinas denunció los costos de la retórica primermundista para un país que se precipitaba, más bien, en las evidencias; Pedro Lemebel fustiga directamente la implicancia política de esta patética apuesta triunfalista. Escribe: "Había que demostrar el "milagro económico" chileno en las veinte mil piruetas del Libro de Guinnes. El despertar de un país que se levanta con orgullo de garrapata triunfal y que dejó atrás al Tercer Mundo. Una fonda del extremo sur que renovó su escabeche tricolor por el pollo rost beef y las hamburguesas sintéticas de los mall, pub, shopping, donde se remata el hambre consumista. Una hilacha de país que mira sobre el hombro a sus vecinos pobres. La Meca dollar del continente que habla de tú a tú con el Mercado Común Europeo. El ejemplo neoliberal para los indios piojosos de Latinoamérica... Por eso se hizo el "completo" más largo, que medía veinte kilómteros de tula alemana por la carretera. Casi de mar a cordillera, el hot-dog gigante dividió al país entre chucrut y ketchup. Y se necesitaron tantos huevos para la mayonesa, que se llevaron camionadas de gallinas a Investigaciones donde las picanearon con electricidad para que pusieran más rápido..."
.......... "Para no ser menos, otra aldea famosa por los dulces empolvados se inscribió con un alfajor monumental donde se ocupó todo el azúcar que necesita una población para endulzar su mísero desayuno de un mes... "
.......... "Para justificar los aires fanfarrones de estas competencias, se dice que la venta del producto va en ayuda de alguna Teletón, un hogar de huérfanos, algún asilo de ancianos, que reciben las cuatro chauchas de esta limosna publicitaria. Todo se va vendiendo, trozado, repartido y consumido por el apetito grosero que proclama su eructo populista de amor a la patria." ("Un país de récords," en Punto final, Santiago, octubre de 1997).
.......... Pero cito esta crónica en extenso para ilustrar no sólo la vehemencia satírica sino algo más importante del trabajo del autor: la disputa por el lugar de la cultura popular. En efecto, esas ceremonias de pantagruelismo municipal, que en los Estados Unidos son una práctica semirural regionalista (las ferias compiten por el cerdo de más peso, el zapallo más gigantesco, etc.), parecen más bien una manipulación mediática de la cultura de la plaza pública; y el derroche que exhiben resulta un ritual no sólo dispendioso sino vacío. Reveladoramente, el cronista acera su sarcasmo porque ya no se trata solamente del espectáculo y la trashumancia; se trata ahora del espacio de la cultura popular, de por sí marginalizado, de pronto ocupado por estas ceremonias de contrasentido.
.......... No es casual, entonces, que esta crónica chilena apuntale una economía simbólica de la preservación cultural (que asegura la función nutritiva de la memoria popular) y de la comunicación horizontal (que gesta el diálogo democratizador de la plaza pública, de su versión callejera). Tampoco es casual que coincida en ello con gestos paralelos de Carlos Monsiváis y Edgardo Rodriguez Juliá, los otros grandes cronistas de la postmodernidad latinoamericana, que Jean Franco sumó, con justicia, a Lemebel, el tercio incluído de este triunvirato de elocuencia y bravura.
.......... Estas puestas en duda de las clasificaciones de la estadística y del gigantismo banal de la competencia, son más que simples críticas al archivo estatal y su programa; son verdaderas disputas por la construcción de la objetividad. Su valor político está situado en lo cotidiano específico, su valor cultural afirmado en el espacio abierto de la plaza pública, su persuasión moral planteada como transparencia crítica. Estas adhesiones y pertenencias vienen de lejos, reverberan en estos gestos ligeramente pintureros, y siguen de largo en pos del lector.
.......... Dicho de otro modo, Pedro Lemebel es un escritor que, extraordinariamente, dice lo que piensa.
.......... Dice más, claro, porque la marginalidad herida aduce también lo suyo en estas crónicas de desamor. Su segundo libro, Loco afán, Crónicas de Sidario (1996) es aún más inquisitivo, y si bien abandona el barroquismo preciosista del epíteto y la hipérbole, gana en inmediatez y familiaridad. Se trata, ahora, de la urgencia del deseo (que construye una vida alterna a la normatividad) y de la muerte por sida (que borra la inmunidad como si tachara al lenguaje mismo). Entre el espectáculo del deseo y la ceremonia de la muerte, buena parte de estas crónicas registran la lucha por sostener el lugar desde donde tanto el placer como la agonía puedan ser vistos de frente, procesados por un diálogo afectivo y maduro. Pero si ello forma parte de la estrategia proposicional de la crónica (donde el agente del relato convoca otra temporalidad, hecha en la duración del espectáculo), lo que no podríamos prever es el humor con que el cronista sería capaz de rizarle el rizo a la Parca.
.......... Así, en esta apoteosis del deseo (de "loco afán") emergen dos otros rasgos de la escritura de Lemebel: primero, su capacidad para el grotesco; y, segundo, su búsqueda de un exceso expresivo, capaz de exorcisar la densidad semántica y privilegiar el acuerdo elemental sobre los hechos. Como Luis Rafael Sánchez, Lemebel hace del grotesco una "épica descalza," es decir, una lírica con calle. Como en la prosa porosa del puertorriqueño, varias hablas orales se interpolan en la crónica del chileno: el eros tiene esa vehemencia de voces henchidas, escanciadas y silabeadas, que cruzan en voz alta su arrebato tenso, su juego retórico y tentativo. Ese juego demanda el exceso, fractura la mesura, arriesga los límites. Recorriendo, así, lo patético pero también lo cómico, el lenguaje abre lo público en lo privado, y viceversa; porque la crónica es el género de los entrecruzamientos (analogías de lo diferente), de la hibridez (antítesis de lo semejante), de la mezcla (travestismo de lo uno en lo otro). Contra la normatividad burguesa que territorializa los espacios cerrados contra los abiertos, los privados fuera de los públicos, la apoteosis lemebeliana es carnavalesca (rebajadora), relativista (escéptica) y celebratoria (religadora).
.......... En "Los mil nombres de María Camaleón" (un nombre de por sí emblemático del poeta de los mil colores y ninguno), leemos lo siguiente: "Así, el asunto de los nombres, no se arregla solamente con el femenino de Carlos; existe una gran alegoría barroca que empluma, enfiesta, traviste, disfraza, teatraliza o castiga la identidad a través del sobrenombre. Toda una narrativa popular del loquerío que elige seudónimos en el firmamento estelar del cine. "
.......... Y luego: "En fin, para todo existe una metáfora que ridiculiza embelleciendo la falla, la hace propia, única."
.......... Todo lo cual sugiere que el nombre multiplicado dirime en el cuerpo del lenguaje la probibición del cuerpo transgresivo: contra la reducción del habla que lo condena, sanciona, persigue y victimiza, este derroche nominal transfiere este cuerpo a la zona acrecentada de significación permutante, donde la identidad es una máscara y el sujeto una mascarada. Las palabras que sobredicen le dan una ruta sustitutiva, no sólo compensatoria, donde hasta lo grotesco es decorado y mejorado. La cultura del margen se acrece en ese trabajo restitutivo.
.......... Otra crónica, "El último beso de Loba Lamar" narra la muerte de una loca sidosa, y para alarma del lector se trata de una de las muertes más comicas de la literatura más trágica. Las amigas peleando con el rigor mortis para que la cara de la difunta venza a la muerte con el gesto de un beso, suma el grotesco, el exceso y la comedia. Esto es, el barroquismo festivo de Pedro Lemebel renombra a la muerte desde el eros nomádico.
***
1. Pedro Lemebel ganó el primer premio de cuento en el Concurso nacional Javier Carrera (1982). Sus relatos aparecieron en Incontables (Santiago, Editorial Ergo Sum, 1986). En 1992 dictó el seminario "Eva dice a Adán" en la Universidad Católica de Valparaíso. En 1992 publicó crónicas en Página abierta y al año siguiente fue editor de esa revista. Hizo la presentación de Carlos Monsiváis en el Seminario Utopías que tuvo lugar en Santiago en 1993. Partició del Festival Cultural Stonewall, Nueva York, en 1994. Este mismo año empezó a publicar crónicas en el diario La Nación. Participa de la Escuela de Verano de la Universidad de Concepción en 1996, y dicta el seminario sobre Crónica urbana de la Universidad Playa Ancha de Valparaíso. También ese año colabora en la revista Lamda, empieza su programa radical Cancionero en Radio Tierra, dicta un taller de crónica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Chile y recibe la beca Fondart para el proyecto del libro de crónicas "De perlas y cicatrices." Participa del seminario "Crossing and Sexual Borders," en New York University (1996). Al año siguiente viaja a La Habana para intervenir en la Biena de Arte. Desde el 98 es cronista de la revista Punto Final. Aparecen las primeras traducciones de sus crónicas al inglés en las revistas Grand Street y Nacla Report. Sus libros de crónicas son La esquina de mi corazón , Crónica urbana (Santiago, Editorial Cuarto Propio, 1995; 2da. ed. 1977), Loco afán, Crónicas de Sidario (Santiago, Editorial LOM, 1996; 2da. ed. 1997), y De perlas y cicatrices (LOM, 1998).
2. Fernando Blanco y Juan G. Gelpí, "El desliz que desafía otros recorridos. Entrevista con Pedro Lemebel," en Nómada (Puerto Rico, Nº. 3, 1997, pp. 93-98).Véase también la crónica de Carolina Rubino, "las últimas locas del fin del mundo," en Hoy (Santiago, Nº. 736, 26 ago.-1 sep., 1991.
3. La cronología de obras de "Yeguas del Apocalipsis" es la siguiente: "Refundación Universidad de Chile," intervención, Facultad de Arte, Universidad de Chile (1988); "Tiananmen," performance, Sala de Arte "Garage Matucana," Santiago (1989); "¿De qué se ríe Presidente?", intervención en espacio publico (proclamación presidencial, Sala Carlos Cariola, Santiago, 1989); "La conquista de América," instalación y performance, baile nacional descalzo en mapa y vidrios, Comisión Chilena de Derechos Humanos, Santiago (1989); "Lo que el sida se llevó," instalación, fotografía y performance, Instituto Chileno-francés de Cultura (1989); "Estrellada," intervención de espacio público, zona de prostitución, calle San Camilo, Santiago (1989); "Suda América," instalación y performance en la Obra Gruesa del Hospital del Trabajador, Proyecto de salud pública del gobierno de Salvador Allende, Santiago (1989); "Cuerpos contingentes," performance y exposición colectiva, Galeria de Arte CESOC, Santiago (1990); "Las dos Fridas," Instalación performance, Galería Bucci, Santiago (1990); "Museo abierto," exposición colectiva, instalación y performance, Museo Nacional de Bellas Artes (1990); "De la nostalgia," instalación y performance, Cine Arte Normandí, Santiago (1991); "Homenaje por Sebastián Acevedo," instalación, video y performance, Facultad de Periodismo, Universidad de Concepción (1993); "Tu dolor dice minado," instalación, video y performance, Facultad de Periodismo, Universidad de Chile (1993); "La mirada oculta," exposición colectiva, fotografía, Museo de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, Santiago (1994); "N.N.", instalación y video, Universidad de Talca (1995); "Yeguas del Apocalipsis," Bienal de la Habana (mayo, 1997). Gloria Camiragua filmó un video con las Yeguas luego de que fueran expulsadas de la muestra colectiva del Museo Nacional de Bellas Artes por el propio director, el pintor Nemesio Antúnez (1992). Sobre "Las dos Fridas" hay referencias en el ensayo de Jean Franco "Género y sexo en la transición hacia la modernidad," en Nomadías (Universidad de Chile, Programa Género y Cultura en América Latina, No.1, 1996); y un análisis de Nelly Richard, "Género, valores y diferencia(s)," en su libro Residuos y metáforas (Ensayos de crítica cultural sobre el Chile de la Transición), 1998. Guadalupe Santa Cruz habló de "La Santiago Travesti" a propósito de las crónicas de Lemebel en el seminario "Conjurando lo perverso, lo femenino, presencia suspensiva," La Morada, Santiago, junio 1997. Soledad Bianchi en el documento de trabajo "¿La insoportable levedad...?" (ARCIS, Nº. 21, oct. 97) propone en lugar del término "neo-barroco" (que vincula a Lemebel con la impronta lezamiana desarrollada por Sarduy y retomada por Néstor Perlongher, el neologismo "neo-barrocho" , haciendo eco desde el santiaguino río Mapocho a la variante propuesta por Perlongher de "neo-barroso" en alusión al Rio de la Plata. El juego es justo: tiene por término común el barro, que está en el origen derogativo de "barroco travesti" (1997).


Fotografía: Paz Errázuriz, Artista Chilena.

VIOLETA PARRA

AUTOGÊNESE NATALIA CORREIA

Grandes Livros - Episódio 12: "Navegações", Sophia de Mello Breyner Andresen (6/6)

MOTIVO CECÍLA MEIRELES

Maria Bethânia declama Cecília Meireles E MARIA FERNANDA -FILHA DE CECÍLIA

CECÍLIA MEIRELES EM GRAVAÇÃO DE VOZ

sexta-feira, setembro 18, 2009

JOAQUIM CARDOZO PERNAMBUCANO



JOAQUIM CARDOZO

JOAQUIM CARDOZO
(1897-1978) 



POESIA DA PRESENÇA INVISÍVEL

Através do quadro iluminado da janela
Olho as grandes nuvens que chegaram do Oriente
E me lembro dos homens que seriam meus amigos
Se eu tivesse nascido em Cingapura.

E aqueles que estiveram comigo nas horas concluídas
Ainda impressionam o ar
— Todos eles perderam-se no mar.

Agora, na praia deserta estou sozinho
— Caminho
Com os pés descalços na areia.

Nesta tarde morta o perfume das almas
Invade as enseadas, estende-se sobre os rios, paira sobre as colinas
— A Natureza assume a precária presença de um sonho;
Um trem corre sereno na planície dos homens ausentes;
Do fundo de minha memória sobe um canto de guitarras confusas;
Sinto correr de minha boca um rio de sombra,
A sombra contínua e suave da Noite.

CARTA VIRTUAL para CECÍLIA MEIRELES


Saudades perdurantes no Romanceiro da Inconfidência. Revivendo  tempos muito mais sombrios. De quase assombrações. Fazendo de conta que poderíamos ter assistido juntos ao filme Entreatos do João Moreira Sales.
Para quem percebeu no labirinto dos entrelugares, todos os precipícios do Poder  estão nele, Entreatos, desvelados.  Naquelas viagens de jatinho, piadas e conversações:todos os nossos desesperos por vir. Acorda Glauber, elesenlouqueceram : esta mais nítida grafitagem, em O Coração do Cinema, co-autoria de Paulo Cunha Filho e Geneton Moraes Neto, poderia ser reescrita: eles NOS enloqueceram.
Uma presença visionária, ó Cecília,  quando você nos adverte no primeiro de seus Cânticos : "Nâo queiras ter Pátria".  Interrogo, talvez mais atormentado do que nossos "representantes"  no Poder. No imenso teatro dos pragmatismos da política em seus pactos inesgotáveis. Tornamo-nos bastardos de nossa Pátria. Ou decepcionados, segundo a elegância deleuzeana do Roberto Machado. Expatriados ou apátridas de um país tão fulgurante. Mas os urubus malandros da politicagem nem ao menos nos oferecem aspirinas para essa tremendona ressaca existencial. O cinema na contramão  das ancestrais perversões.
Seu, nosso Romanceiro também nos antecipava: - "Pois o amor não é doce, / pois o bem não é suave, / pois amanhã como ontem, / é amarga, a Liberdade".
Amargura, convergência de ressentimentos? De que modo reequilibrar "as distâncias que separam o registro histórico da invenção poética"?
Poderosos pragmáticos continuam fingindo nada saber e tudo esquecer.
Melhor seria relembrar, caríssima Cecília, seus versos límpidos:
"Ai, palavras, ai, palavras, / que estranha potência, a vossa! / Ai, palavras,
ai, palavras, / sois de vento, ides no vento, / no vento que não retorna, /
e, em tão rápida existência, / tudo se forma e transforma!"
Se tudo ainda pode transformar-se, apesar  das extremas deformações, receba um beijo transfiguraDOR
Jomard Muniz de Britto
Recife, maio 2006


Não vejo graça
Não vejo graça
Na fumaça
Que passa
Moderna e urbana
Escorrega-me a semana
Como casca de banana
Só vejo tédio
No meu prédio
Tamanho médio
E me entristeço
Não mereço
Seu apreço
Ai, uma hora
E não demora
Alço vôo e vou embora
Sergio Ross
 http://bit.ly/geiG1

JUAN CARLOS VÁSQUEZ VENEZUELA POR ANTONIO MIRANDA





http://bit.ly/2nuhcp


JUAN CARLOS VÁSQUEZ
  
Juan Carlos Vásquez, de caracter errante ha investigado muy de cerca los sub-mundos urbanos que describe en sus textos. Nace en Valencia-Venezuela en 1972. Tiene Estudios de Publicidad y Administración de Aduanas. Como narrador ha publicado un Libro de Relatos Pedazos de Familia (Ediciones Estival Maracay-Venezuela 2000). Sus escritos aparecen en las Publicaciones Ciclos Asociación Valenciana para el trastorno Bipolar, España 2000. En las Antologías Poéticas Vivir Soñando (Centro de Estudios Poéticos de Madrid, 2004). Paseos en Versos Pasos en la Azotea, Df México 2006. Hemiparesias Visceralia, Ediciones, Santiago de Chile 2006. Revista Voces Edición Nº55 Junio de 2006, la Coruña (España) y en el monográfico conmemorativo del 5to aniversario de Almiar (Margen Cero) Madrid-España.

Actualmente este finalizando un Cuaderno de Poemas Sangre y un Libro de Relatos Relaciones que trata sobre lo contradictoria y angustiante que resulta la perspectiva humana. Ha vivido en Miami, FL y New York. Desde el 2005 reside en San Francisco
(California). 





Cansaço da Poesia


Não há na poesia
nem em meus mecanismos formas.
posso presumir coisas
pensar no azar
esperando uma surpresa ou um milagre,

dizer o já dito
criar importunando
e ainda assim não deixará o ciclo
de seguir com seu desgaste,

que posso te dizer para deixar
de gritar no absurdo.

Creio cansar-te susurrando fatos,
agitando moscas,
estou fraco e flutuo repetindo
ainda que incendiarei as conexões,
os mesmos cárceres e eu incursionando.

E é que observo a mensagem
sobre a planície
com minha onda de toques,
eu quisera ter prolongado em sua
cara minha razão
mas os murmúrios me colocaram
diante das antigas incógnitas
da superfície.


Junho del 2005
San Francisco (California)

quinta-feira, setembro 17, 2009

Poema de Antonio Miranda





Poema de Antonio Miranda

A
PONTAMENTOS CROMÁTICOS
como se               —contingência—          sugerir, não dizer
volumes suspensos
densos  grávidos
quase  nada
há uma chama que se extingue : até quando se não basta
(instantâneo delimitado — contido)           não espero nem quero
aonde ir quando cessa
que fazer se não conclui
e  tudo  se  condensa  em  cores  saturadas

Roda Viva | José Saramago | 13/10/2003 para não esquecermos

um pensador, um alucinado,como todo grande escritor e que questiona o próprio instrumento que se vale para ser JOSÉ SARAMAGO.Um ensaista da ...